sábado, 18 de julio de 2009

Virus del Papiloma y Displasia de Cuello Uterino

El virus del papiloma humano (VPH) se llama vulgarme virus de las verrugas e incluye más de 60 tipos diferentes. Los virus tipos 1, 3 y 5 pueden causar las verrugas en piernas y brazos, mientras que los tipos 6 y 11 pueden provocar lesiones verrugosas en los genitales masculinos y femeninos. Los tipos 16, 18, 31, 33 y 35 pueden provocar alteraciones celulares en la vagina y el cuello uterino llamadas displasias.

En México la infección genital por VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente: un tercio de las mujeres de menos de 20 años con relaciones sexuales tienen la infección en el cuello uterino o en la vulva. La enfermedad tiene la peculiaridad de que NO DA SINTOMAS y que el varón es un portador sin lesiones visibles. Un estudio científico demuestra que en las mujeres con la infección por VPH en el 69 % de los varones que tienen relaciones sexuales presentan lesiones asintomáticas en el pene que pueden detectarse mediante colposcopia del pene. Por tanto, el varón es un reservorio que disemina la enfermedad. (Ver Epidemiología del Virus del Papiloma Humano)

La visión directa del pene permite es un método pobre para el diagnóstico. La penescopia con ácido acético es muy aconsejable para detactar las lesiones del varón. Aunque la infección es provocada por los mismos tipos de virus en el varón y la mujer, las lesiones difieren clínica e histológicamente: los varones frecuentemente presentan condilomas mientras que en la mujer lo frecuente es la displasia.

La displasia cervical es una lesión premaligna o precancerosa de las células del cuello uterino. Se pueden distinguir 3 formas de displasia: leve, moderada y severa. La displasia leve es la forma más corriente, se puede considerar una respuesta tisular a la agresión del virus y en el 70 % de los casos se cura sin ningún tratamiento. Sin embargo, la displasia leve puede transformarse en una lesión más grave. Las displasias moderada y severa son formas más graves que se deben tratar por el mayor riesgo de transformarse en lesiones cancerosas. El método diagnóstico para estas lesiones es la práctica de la citología que permite detectar las alteraciones celulares.

Pero la displasia no solo es provocada por algunos tipos de VPH. El consumo de tabaco es otra causa de displasia cervical, posiblemente por la acción tóxica sobre el cuello uterino de la nicotina y la cotinina. Estos agentes químicos también se pueden concentrar en las secreciones genitales masculinas, por eso se deben abstener de fumar los varones que tienen relaciones sexuales con mujeres portadoras de displasia. También determinadas carencias nutricionales pueden favorecer la parición de displasia cervical. Por eso el Instituto Nacional del Cáncer recomienda el consumo de frutas y vegetales frescos, o en su defecto un suplemento polivitamínico con antioxidantes como la vitamina E o carotenos.

La forma de adquirir la infección por HPV es a través del contacto sexual. Los condones pueden prevenir la diseminación de diferentes enfermedades venéreas o el SIDA, pero no previenen el contagio del HPV. El virus puede estar en reposo hasta durante 20 años, por lo cual no siempre se puede relacionar la displasia con un contacto sexual reciente. Por lo tanto el riesgo de displasia persiste durante muchos años y por tanto la vigencia de la práctica de citología es cada vez más importante ante el riesgo de displasia y/o cáncer.

La eliminación del virus es muy difícil a pesar de la cirugía y otras técnicas aplicadas directamente sobre el cuello uterino. El sistema inmune es el responsable de la eliminación del virus y para ello es importante suprimir el tabaquismo, consumir vitaminas y las medidas aconsejadas por un ginecólogo experto.

Desgraciadamente desconocemos los factores que participan en la latencia, reactivación, infección subclínica sin enfemedad aparente, y los mecanismos requeridos para la transformación en un cáncer.

Fuente
Gyn-web